sábado, 29 de noviembre de 2008

Sutil exquisitez

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Uno de los lugares preferidos por las empresas de producción de largometrajes de todo el mundo que vienen a filmar a Buenos Aires, es el puente de hierro de calle Ituzaingo. Construido sobre las vías del Roca a cinco cuadras de la estación Constitución, se conserva aun en perfecto estado con sus vigas unidas a remaches y su calzada empedrada.
En marzo del 2007 filmó allí parte de su película “Sur le Pont” Philipe Lagrange, un director de cine francés de temáticas un poco encriptadas, pero con muchos seguidores.
Había preparado el escenario-puente para varias secuencias que se irían intercalando a lo largo de la película. En algunas la pareja protagónica hablaba, en otras discutía y en otras sólo se miraba.
A pesar de todas las precauciones tomadas durante el rodaje, se cruzó en la escena uno de los travestis que habitualmente espera clientes en esa esquina. Lo hizo en el otro extremo del puente, por detrás. Ni el director ni los asistentes lo vieron en ese momento, aunque sí días más tarde, cuando se reveló la película. De haberse hecho en forma digital y revisado en el momento, se hubiera hecho una retoma, pero Lagrange consideró que no valía la pena dedicar otro día a repetir esa escena.
La película se terminó y se estrenó en Paris en el mes de agosto.
La historia que en ella se relataba, era la de una joven pareja unida por un amor muy visceral, signado por continuas rupturas. El puente era el símbolo, el lugar de unión y desunión. El travesti local, devenido en extra, aparecía en la última, donde sin mucha explicación la pareja se besaba para luego separarse. Entonces cámara se alejaba y el tema musical de fondo daba ingreso a los títulos del final.
No tuvo, a pesar de la expectativa, buenos comentarios de la crítica y el público decayó en pocas semanas. Estaban por retirarla de cartel cuando sucedió algo inesperado.
Monsieur Chercheur, crítico de Le Monde y seguidor de Lagrange, después de ver varias veces la película, publicó en una nota de página destacada, el descubrimiento del verdadero sentido de esta obra genial. El protagonista deja a su pareja porque decide asumir su homosexualidad. Varios indicios escondidos a lo largo del film lo predicen, pero lo confirma el fantástico final donde un travesti cruza la imagen como el alter ego del protagonista, una sutil exquisitez.
A partir de ese momento las salas volvieron a llenarse y “Sur le Pont” tuvo el éxito merecido.

1 comentario:

Unknown dijo...

Es un puente muy atractivo para cualquier cámara. No sé del director y la película. Pero ya con lo que decís en tu post dan ganas de verla.

Muy buena la escena de tu Libro, la leida en la presentación: Conversaciones. Muy graciosa, muy divertida.

Lástima que no pudiste venir el sábado. La pasamos genial.

Un abrazo. Que estés bien.