miércoles, 12 de octubre de 2011

Reflexiones

A veces viajo

a estaciones de tren

de mi pasado.

Me introduzco furtivo

en aulas frías

buscando rostros que se desvanecen

cuando intuyen mi mirada.

Y me desconsuelan

los amigos que quise y perdí

pero aún más aquellos

que mi memoria se niega a traer.

Veo entonces

un mundo que se podía cambiar

una juventud infinita

un amor para toda la vida.

Y me pregunto

qué cambió en mí

que siendo yo mismo

como lo atestigua mi documento

vea la vida tan diferente

más frágil, más efímera

y busque los caminos de regreso

mirando mi reloj a cada rato.

.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Aves

Como un águila divisó a la distancia su rostro de líneas perfectas.

Se le acercó sabiéndose ganador, como un pavo real.

Como una cotorra chilló cosas sin sentido entre la música ruidosa del lugar.

En la pista bailó y revoloteó como un palomo en celo.

Con la atención de un búho escuchó sus historias en el parque.

La enamoró con sus ojos de gavilán.

Sorbió como un colibrí el néctar de su cariño.

Y como hacen los hombres, después de obtener lo que quería, levantó vuelo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

Palabras

Juan entra en el bar donde pactaron el encuentro. Busca una mesa y pide un café, le gustaría fumarse un cigarro pero no está permitido. Entonces se pone a canturrear una canción que habla de un amor que se rompe, como el de él con Ana. Las palabras de la canción se elevan, tal vez impulsadas por la melodía. En lo alto de la cortina quedan enredadas y al rato se ve que van perdiendo su tinte. Sólo se mantiene “desamor”, que tarda en desaparecer.

Ana llega y pide un cortado. Como es usual para entrar en clima, empiezan a hablar del calor y otras obviedades. Las palabras dichas apenas se pueden distinguir por su vaguedad y falta de importancia y se van desvaneciendo a medida que descienden.

De pronto Juan toma la iniciativa para tratar el tema que los reúne: que él está enamorado de otra mujer. Las palabras de su boca salen gruesas y en letras de molde oscureciendo por momentos el espacio que lo separa de Ana. Los ojos de ella se llenan de lágrimas y le responde con voz balbuceante. Pálidos vocablos en minúscula, de trazos inseguros aparecen y caen inevitablemente sobre la mesa, deshaciéndose.

A Juan, que le costó comenzar, lo va animando cada vez más la idea de terminar todo de una vez. Varias de sus palabras, desconsideradas, punzantes, definitorias, caen dentro de la taza de ella, que al sorber un trago, siente que su aparato digestivo se convulsiona.

Ana toma su cartera y se va. Juan paga y sale también, deseoso de fumar su cigarrillo.

El mozo junta los pocillos, limpia la mesa de tanta palabra triste y acomoda el florero.

domingo, 7 de agosto de 2011

Nanorrelatos * II

Ella se fue y él se quedó con una obra sin personajes.

Para cuando llegó la herencia de sus padres, sus hijos ya esperaban la de él.

Pensó en hablarle de amor, pero vio soledad de sentimientos en sus ojos.

Una verja detiene el vuelo de una bandada de niños.

A pesar de su empeño, sólo pudo despertar en ella un amor esquelético, que apenas se sostenía.

Fue a lavarse la cara y un asesino oculto detrás del espejo dio cuenta de sus años.

Culpó a esa lágrima pionera de provocar tanto llanto.

Fue sólo verlo y el alma se le llenó de colibríes.

La tinta desteñida de un pasado rutinario le manchaba el presente.

Quise besarla y me quedé en la comisura de mi deseo.

(*) Relatos por diez a la menos 9

viernes, 1 de julio de 2011

Desenfrenos

La consigna de la reunión de departamentos había sido clara: necesitaban una renovación total del auto. Después de cinco años de lanzado al mercado con mucho éxito, la competencia estaba ofreciendo opciones más interesantes.

El Departamento de Propulsión ya estaba trabajando en agregarle válvulas al motor y en pocas semanas presentó uno que, con igual cilindrada, incrementaba en un 20 % sus revoluciones y su potencia.

Montado éste en el prototipo, los ingenieros del Departamento de Dispositivos de Seguridad buscaron un nuevo freno de estacionamiento.

Por medio de un engranaje reductor lograron aumentar la presión sobre las zapatas y presentaron un freno que activado, no permitía que el auto se moviera ni con la máxima potencia del motor.

En el Departamento de Propulsión se pusieron a trabajar nuevamente, en ningún modelo anterior de la fábrica, el freno de estacionamiento había podido impedir que un auto se moviera si se lo aceleraba adecuadamente.

Cambiando la longitud de las bielas aumentaron la cilindrada y la potencia, de modo que el prototipo logró moverse a pesar de tener el freno activado.

Viendo esto al Departamento de Dispositivos de Seguridad no le quedó otro recurso que ensanchar las campanas y las zapatas para aumentar la superficie de fricción. El nuevo modelo apenas se balanceó cuando se lo aceleró en primera con el freno puesto.

El Departamento de Propulsión modificó los parámetros de la inyección multipunto logrando más potencia y el de Dispositivos de Seguridad la ubicación y el tamaño de la palanca de freno, que le permitía ejercer una fuerza mayor.

Entretanto el Departamento de Martketing decidó hacer un redireccionamiento del producto que fue calurosamente bien recibido por el Directorio. Se decidió relanzar el modelo para la 3º edad, un segmento de mercado un poco desatendido y de gran crecimiento. Entre las características del nuevo usuario, detalladas en el memorandum enviado al Directorio, está el usar velocidades y aceleraciones moderadas y jamás intentar mover el auto con el freno de estacionamiento activado.

martes, 21 de junio de 2011

Nanorrelatos* I

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Había nacido de un armisticio en el divorcio de sus padres.


Él le habló del rojo, ella del violeta y, por supuesto, no combinaron.


Atrajo noches interminables con su insomnio tenáz.


La cometa de caña y papel tironeó del hilo, codiciando el infinito.


Sus celos resultaron más interesantes que su amor.


Estalló el verano y el sol asalta los balcones desarmados.


Comencé a hacerte el amor desde la comisura de tu sensualidad.


Su alma gregaria no soportó la soledad de la muerte.


Abrió la cama para acostarse, entre sábanas de verde soledad.


Encontró al paso de su mano, ojales sabios de seducción.


(*) relatos por diez a la menos 9



miércoles, 18 de mayo de 2011

Laberinto

Fue fácil entrar en tu laberinto. Tus galerías estaban decoradas de labios filigranados, de miradas aterciopeladas y frases de ternura envolvente.

Y me gustó ir recorriendo al azar patios de caricias campestres, salas señoriales de complicidad y distancia simuladas y balcones de arrebatos con luz de luna.

No había encontrado, hasta entonces, los bajoescaleras de celos machimbrados, ni los galpones de pequeñas rencillas guardadas. No conocía el hedor de rincones impregnados de envidia ni el cesto de ropa sucia de amores no olvidados.

Ahora busco la salida. Quisiera irme cautelosamente, sin pisotear ningún sentimiento florecido de tu jardín.