martes, 2 de diciembre de 2008

Olores

.
Una rueda siempre
huele a camino recorrido.

Huele a arcillas húmedas
de una llovizna reciente,
a pavimentos aceitosos
ablandados al calor del sol.
A estaciones de servicio
sucias de combustible derramado.
A olvidados hoteles de ruta
con patios gastados a lavandina.
A ciudades alejadas
atravesadas al mediodía
en la ceremonia sincronizada
de cacerolas sobre el fuego.

La rueda no se detiene en los olores
los lleva como semillas
que germinaran en lugares distantes
despertando, tal vez,
involuntarios recuerdos de un viaje.

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