jueves, 8 de mayo de 2008

Confiterías de Buenos Aires

.
Dedicado a Andrea

De hoy no pasa.
Esta es la quinta vez que nos encontramos. Y todavía no me animé.
Sé lo que pasa. Los lugares donde nos citamos no son los adecuados, siempre frente a frente en la mesa de un bar o de un restó. Es muy difícil encontrar intimidad a tanta distancia.
Alguna vez pensé que sería útil buscar en Buenos Aires alguna confitería con sillones, luz suave, música romántica…allí las cosas se darían solas. Pero la verdad es que nunca tengo tiempo de salir a recorrer.
Con Bibi nuestras charlas siempre fueron animadas, nos divertimos y hablamos de cosas serias, hasta llegó a contarme detalles íntimos de su vida. Pero lo que no me animé fue a tomarle la mano y a decirle frente a frente lo que siento. Hoy lo voy a hacer aunque me cueste, no soporto que nos sigamos citando como amigos. Al menos este bar tiene un poco de música.
-Hola Carlos, ¿Cómo estás?
-Muy bien, Bibi ¿y vos?
-Bien, con muchas cosas para contarte.
-Yo también tengo algo importante para decirte.
-Genial, te escucho, Carlos.
-No, primero decime vos.
-Bueno, te cuento. El lunes a la tarde un compañero de trabajo me confesó que está interesado en mi, que quería que saliéramos. Yo no había reparado mucho en él, pero es simpático y parece buen tipo.
-¡Pero no lo conocés!
-No, pero trabaja en la empresa. Pensé en ese momento: hace meses que rompí con mi ex, es hora de que me dé otra oportunidad, por lo menos para ver qué pasa. Y acepté, nos vimos el martes y ayer pasamos la noche juntos. ¿No es genial?
-Pe… pero no sé si es el adecuado…
-Vas a ver que sí cuando te lo presente, le conté de vos y te quiere conocer. Bueno, ya hablé bastante, ¿Qué tenías para decirme?
-Nada especial Bibi: que tengo decidido empezar a recorrer confiterías de Buenos Aires. Creo que de hoy no pasa.

7 comentarios:

Diego M dijo...

Pobre Carlos!!!
Yo creo que a un gran porcentaje de hombres nos ha pasado algo parecido (por lo menos a mi sí)
¿Por qué será que nos hacemos la cabeza después de unas cuantas charlas y un par de cafés?
Grandes misterios de las relaciones humanas, querido Luis.
Abrazo!!

PD: que bueno es volver a leerte con continuidad :-)

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

Un autentico ejemplo de la histeria femenina.

Creo que deberíamos levantarlo como bandera!

Natalia dijo...

A Carlos me lo imaginé con la cara de Woody Allen.
Yo creo que recorriendo confiterías encontrará su verdadero amor.

Anónimo dijo...

Carlos se ilusiona con el tema de que el contexto puede definir situaciones que sólo tienen que ver con las leyes de atracción gravitatoria(?)...y con la esperanza de que si no toma este tren vendrá otro....Y en la vida tenemos que arriesgarnos, sacar boleto y saber que quizás no podamos subir en este viaje por sobreventa y no por no haber sacado boleto.

Claudio S. dijo...

Es como diría Martín Fierro:

Si les ponés el apero
creen que te la das de dueño
mas nadie les quita el sueño
de redoblarte la apuesta
sin apero todo resta,
te rebotan con empeño.

Así es Luis.
Bueno el texto.

Anónimo dijo...

La mina nunca se imaginó que a Carlos le pasaba algo? no, no. Tan inocentes no somos... Quizas ustedes (los hombres) nos imaginan así...

Anónimo dijo...

a veces lo hombres dan por sentado que si una mina acepta salir con ellos, algo más que seguir encontrándose y compartiendo va a suceder. Imaginan que tendrá otra intención subyacente a la del mismo encuentro...y no es así...siempre.Buen cuento!!